Una llamada especial

El domingo 18 a las once y media de la noche mi celular registró un nombre que para efectos del blog diré que se llama Pato. Alegría y sorpresa fueron mis primeras sensaciones. Contesté:

- ¡Pato! ¿Qué pasó?

- ¡Leu! ¿Cómo estás?

- Bien bien ¿y tú?

- Bien, me he acordado mucho de tí estos días.

- ¡Qué lindu! Tu sabes que siempre te recuerdo ¿Estás medio borrachito o idea mía?

- No, estoy acostado. Bueno, sí, un poquito. Tomé unos traguitos.

- Oye, el mensaje que me enviaste hace unas semanas no lo he podido contestar porque no tengo tarjeta. Pero tu sabes que te quiero mucho.

- Sí, también llamaba para saber si lo habías recibido. Me he acordado mucho de tí. No sabes cuánto te echo de menos.

- ...

- ...

- Que rico que me hayas llamado. Voy en el auto con unos amigos y apenas te escucho por la música a todo chancho que tienen. Estabamos dando un paseo por Reñaca y antes estuvimos en las fondas de Alejo Barrios en Playa Ancha. ¿Me escuchai?

- Sí.

- Escríbeme un mail para que hablemos por Messenger de nuevo.

- Bueno. Como me borraste sólo tenía la opción del cel para comunicarme contigo.

- Sí, puh. Pero tu sabes por qué te borré. Sabes que te quiero mucho y que me da pena no poder estar contigo ni tener nada seguro contigo.

- Sí, sí sé. Te quiero mucho.

- Yo también, lo sabes. ¿Te quedaste en Frutillar? ¿No te vienes a Santiago?

- No, no pude irme. Sigo acá con el camping.

- Bueno, hablamos más en messenger, ¿oki? Te voy a reagregar. ¿Ya?

- Yap. Un beso, Leutito.

- Un abrazo grande, que estés bien.

Después de esta conversación o una parecida a la que aquí intenté recordar y reproducir, quedé plop. Mi ánimo dieciochero cambió y me fui pa'dentro. Más tarde el blogger con que me junté y que estaba programado de antes que iría a Pagano conmigo y mis amigos notó mi diferencia y me preguntó. Traté de explicar.

A Pato lo conocí en noviembre del año pasado por Gaydar. Un fin de semana que una tía cumplía 50 años y celebraba la "gran fiesta gran" aprovechamos de conocernos. Fue algo "mágico" como diría la loca que llevo dentro y en seguida sentí que esto sería "especial". Él fue bastante claro y me explicó que no podía comprometerse con nada porque debía irse en un mes a Frutillar a trabajar su camping, ahorrar dinero e irse en marzo a estudiar a Francia. Yo ese verano debía hacer una práctica en un diario de Punta Arenas, era voluntaria y no significaba nada para mi universidad, pero igual me servía para ganar experiencia y algo de dinero para pagar mis deudas. Pero uno, que es bestia, sabiendo todo este futuro incierto y la imposibilidad de concretar algo por ambas partes del conflicto, igual se embaló. Fueron tres días intensos e intensivos, aprendimos más del otro que en una relación estable de 3 años. Casi un curso de toda la enseñanza media en un año. Bien compacto.

Pato es flaco y es lampiño (mi karma) pero su cara y barba candado me mataron. Y su sonrisa unforgetable, claro, imposible de olvidar y sus ojitos brillosos que no pueden mentir. Que ganas de haber podido ver sus ojitos mientras me hablaba al cel.

Hicimos de todo lo imaginable en una relación de casados más de diez años. Quizás intuyendo que debíamos ajustarlo a tres días y nada más. Hicimos el amor (pero no hubo penetración, como si esperáramos una segunda oportunidad para eso), cocinamos, bailamos, hicimos la cama, nos duchamos juntos, nos contamos todo nuestro historial de amores y frustraciones, nuestras vidas. Conocí a su mejor amiga que vivía con él y a su primo, con los que carreteamos. Hasta mi madre intercambió miradas con él cuando me fue a buscar en auto al departamento de mi tía. Faltaron las argollas.

El último día nos despedimos con pena. Sabíamos que iba ser muy difícil que nos volviéramos a ver ese año. Pero decidimos seguir en contacto por messenger. Hasta que cada vez me daba más pena conversar con él. La última vez fue un corto diálogo a mediados de enero mientras trabajaba en Punta Arenas. Le dije que me hacía daño el saber que en marzo se iría a Francia y que lo quería demasiado para ser sólo su amigo. Que era mejor no seguir en esta (in)certidumbre y que prefería no conversar más con él por el chat. Sólo me dijo que me quería mucho y que no quería hacerme daño, que hiciera lo mejor para mí.

Hasta el domingo no había sabido nada de él. Nada por lo menos desde la fuente misma de información porque aún mantengo mi página en gaydar y me he topado con la suya un par de veces, con fotos nuevas, en las que no sonríe pero mantiene sus ojitos brillosos.

Lo reagregué al msn pero desde que lo hice no he vuelto a entrar.

SHEENA EASTON - TELEPHONE (3:41)