En Pichilemu noté algo aún más extraño, pero que tiene que ver con mi relación con Francisco. Lo conocí hace un par de meses en la sudorosa Pagano y las miradas se cruzaron como en esas pelis clase B. En una primera instancia no me llamó la atención por lo flaco, pero sí por lo alto. Sin duda resaltaba ante el tamaño promedio de la concurrencia, aunque más lo hacía por la insistencia de sus green ojos fijos en me, myself and just I.
Él fue un hunter total y yo el chubby no tan tímido -por los grados de alcohol- que quería cazar. Conversando con mi amigo Hernán, trataba de hacerme el leso mientras buscaba alguna estrategia para acercarme, ya que el cazador sólo atinaba a mirarme y sonreir. "No está nada de mal, te mira harto", alentaba el Herni.
Con la excusa de más bencina para envalentonarme pasé por su lado contorneándome como un bataclano del Bim Bam Bum sin dejar de mirarlo (disimuladamente?) por el rabillo del ojo. A mi regreso con el trago, me instalé en un lugar estratégico a bailar solo. No faltaron muchos minutos para que se acercara: "¿Quieres?", me ofreció de su trago. (¿Acaso no ves, gil, que ya me compré uno?) "Ya tengo, pero ¿qué es?". Dijo un nombre estrambótico con su lengua medio anestesiada y acepté. Bailamos juntos -mientras intercambiamos informaciones como si estuvieramos en un chat cualquiera- hasta que la música ochentera acabó. Send me an angel, send me an angel, right now y los números de celular para rematar.
Él fue un hunter total y yo el chubby no tan tímido -por los grados de alcohol- que quería cazar. Conversando con mi amigo Hernán, trataba de hacerme el leso mientras buscaba alguna estrategia para acercarme, ya que el cazador sólo atinaba a mirarme y sonreir. "No está nada de mal, te mira harto", alentaba el Herni.
Con la excusa de más bencina para envalentonarme pasé por su lado contorneándome como un bataclano del Bim Bam Bum sin dejar de mirarlo (disimuladamente?) por el rabillo del ojo. A mi regreso con el trago, me instalé en un lugar estratégico a bailar solo. No faltaron muchos minutos para que se acercara: "¿Quieres?", me ofreció de su trago. (¿Acaso no ves, gil, que ya me compré uno?) "Ya tengo, pero ¿qué es?". Dijo un nombre estrambótico con su lengua medio anestesiada y acepté. Bailamos juntos -mientras intercambiamos informaciones como si estuvieramos en un chat cualquiera- hasta que la música ochentera acabó. Send me an angel, send me an angel, right now y los números de celular para rematar.
REAL LIFE - SEND ME AN ANGEL (1984)
DEADSTAR ASSEMBLY - SEND ME AN ANGEL (2002)
1 comentario:
bataclano ..putas que me rei con eso
y la lengua anestesiada
sigo reading
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