Una araña me picó...

... y yo no quería.
Desde agosto del año pasado que me miraba en el Pagano y yo no me había dado ni cuenta. Dice que comentaba con sus amigos ambiwis lo rico que estaba yo y que quería puro comerme, pero yo ni idea de él poh, como si no existiera.
No se atrevía a hablarme, moría de vergüenza y su timidez le impedía hasta acercarse a menos de tres metros. Me buscó en el fotolog para averiguar algo más de mí o quizás para admirar mi hermoso rostro (¡saaaa!).
En ese marasmo del pánico al contacto, en una noche de diciembre que se emborrachó, un panda se vino a aprovechar de su fragilidad y él -¡qué le han dicho! ¡qué le hace el agua al pescao!-, si yo ni me había fijao en él, perdí nomás y se arrimó al otro árbol que le ofrecía más sombra. Total, en esa época yo estaba embriagándome con martinis biancos y nunca supe de sus maricoandanzas.
Lo pasó mal en sus vacaciones el arácnido este porque el putito con el que se metió era más rancio que yo, o sea, mega ultra cola, imaginensé la calidad. No se sabe si la desgraciada esta lo engañó antes de patearlo a fines de febrero, pero fue tan vaca como para meterse con el primer feo que encontró al día siguiente. Y en sus narices.
Mi arañita estuvo sumergida en tequila, como gusanito del ídem, intoxicándose de pena y alcohol hasta el día de marzo en que me volvió a ver en el antro.

-"El de la trencita" es sureño, Bicharraco.
-¿Por qué, Mono?
-Míralo, volvió más gordito.

No. Ese día no me habló. Tuvo que pasar otro mes. Un día en que se paseaba por fotologs de los amigos de los amigos, por pura casualidad y sin buscarme, encontró uno mío al que ya lo mató la censura. Pero no me dejó un mensaje, tuvo que estar borracho carreteando en la casa de una amiga para que ella, y no él, en el fragor del momento apretara send. Y yo respondí:

"Tuve que mamarme como chorromil fotos pa'trás pa'conocer tu cara.
Me suena tu cara, ene. Pagano seguramente, aunque tenís cara de amigo de mi hermana. Sacate esa weá de la oreja, es horrible, después te queda asquerosa y toda wailona. Me da escalofríos, aghhhhhhh.
Oye, cuando hagan mi fancluz, me invitan a tomar tecito y ahi me prestai la cámara, oka? :D
GAME OVER, SIGA PARTICIPANDO!"

Esa fue mi imbecilidad de respuesta. ¡Qué engrupío! Y que athróh, como diría una lady. Le rompí el corazón, obvio, y un amigo abogado defensor del cabro me posteó "ene cantidad" de simpáticos y soeces insultos. No me quedó otra que disculparme bajándole el perfil al asunto diciendo que era en plan "humorístico". Dignidad ante todo.
Adolorido, a pesar de todo, me respondió. Y tuve que aperrar con una amistad a la que no le veía futuro como relación amorosa para nada. Es que a la tarantula esta la encontraba fea fea con su corte punk y expansiones en las orejas. Y mucho no ha cambiado mi opinión. Todo el mundo nos encuentra como dos gotas de agua y yo no entiendo nada, ¿cómo una belleza caucásica como yo puede compararse con una bazofia autóctona como él?
Desde ese accidentado encuentro por internet pasaron un par de días hasta que lo ví en el antro por primera vez en vivo. Mi primera vez consciente, digamos.
No me pescó. Para nada. Y yo traté de mirarlo cuando no me observaba, para que no se diera cuenta, claro. ¡Las pinzas!, dice que se mataba de vergüenza cada vez que posaba mis penetrantes ojos en todo lo que es su... rostro.
Pero tuvo que pasar otro fin de semana para que una de sus amigas me hablara y nos "presentara". Poco nos interesamos el uno por el otro, aunque yo, la verdá verdadera, ya me estaba acostumbrando a su fealdad.
En fin, por lástima, un día lo invité a un ciclo de cine europeo en la universidad. Debe haber saltado en tres patas (no una, eso es muy poco). Ahí llegó muy puntual, obvio, si lo tenía loquito, pero más miut que nunca. Día a día y película a película se nos fue soltando la lengua.
Hasta que llegó un día fatal, de esos en que parece que uno andara con la ruler masculina: después de la peli me invitó a tomar once a su departamento y me pilló volando bajo porque le dije que sí altiro, sabiendo que él lo único que quería era violarme con consentimiento. Para allá partí. Estuvo rico el té, pero cuando ya me iba:

-Oye, Eleu, ¿tu sabes por qué me gusta juntarme contigo?
-Sí, sí sé, pero yo, esteeeeeee, sólo quiero ser tu amigo.

Por pena lo abracé. Y puta que estaba rico de cuerpo el maldito, ahí mismo me arrepentí de haberle dicho todo eso. Pero ya no había marcha atrás y no quería tener sexo casual con alguien al que le gustaba desde hacía tanto tiempo. Llorando debe haber quedado pero igual fue a la función del día siguiente y aceptó sin chistar mi invitación al castillo.
Nuestras citas eran a las siete de la tarde todos las jornadas del ciclo de cine hasta que, al día siguiente de que el arácnido conociera mi casa, llegué muy atrasado para enterarme que no había habido función. Lo esperé mucho rato por si también había tenido problemas para llegar. Sentí una angustia tan grande. Fue como si no me hubiese puesto los lentes de contacto o alguna burrada de emoción como esa, pero multiplicado por mil.
No me aguanté y le envié un mail. Tan tontos que ni el número de celular nos habíamos dado. Le conté la sensación que había tenido y me explicó en un extenso mail que se había estado dando vueltas por el sitio con excusas auto impuestas para ver si me encontraba pero que seguramente se había ido segundos antes de que yo apareciera.
Al día siguiente no aguanté más y dejé que esta araña terminara por picarme, total que más da, nada perdía con intentarlo.
Y ha valido la pena porque hasta ahora el veneno me ha sentado de lo más bien.

BOOM BOOM KID - I DO (2:27)

Tags: Amor;Araña;Veneno.